A TI...
A ti, que buscas certezas en un mundo imprevisible, que
huyes de la inseguridad, que corres detrás de lo que no tienes, que con tanta
carrera dejas a un lado lo que verdaderamente necesitas, que cuando consigues
lo que deseas empiezas a sufrir, te ataca el miedo, miedo a perderlo. Aprende
que nada ni nadie nos pertenece, aprende a gozar del privilegio de disfrutar
aunque sea temporalmente.
A ti, que tienes ese afán de convertir tu existencia en algo
seguro y te atas con múltiples contratos, indefinidamente a una empresa,
hipoteca, plan de pensiones, matrimonio…todo lo que te de tranquilidad, una
vida normal como establece el sistema. Aprende a despegar los pies del suelo, a
salir del tiesto, romper moldes, salir del montón.
A ti, que quieres ser el barco seguro en el puerto, aprende
que los barcos no se hicieron para eso.
A ti, que te quejas de cómo pasa el tiempo, que miras atrás.
Aprende que los momentos que antes estaban al alcance de tu mano cada vez están
más lejos.
A ti, que te olvidas de vivir la vida, que crees que vas a
tener tiempo para todo, que crees que lo estás haciendo tan bien que te van a
regalar un año más, aprende que aquí casi nadie regala nada y menos tiempo.
A ti, que quieres ir al cielo pero te da miedo morir. Olvídate
de eso, aprende que aquí hemos venido a jugar. Aprende que puedes cambiar las
cartas por sonrisas que algún día contarás.
A ti, que como todos llegaste con la manos vacías, aprende que con las manos vacías nos marcharemos.
A ti, que sólo ves el verde o el rojo. Aprende que también está el ámbar y ahí tú decides si sigues o paras.
A ti, que como todos llegaste con la manos vacías, aprende que con las manos vacías nos marcharemos.
A ti, que sólo ves el verde o el rojo. Aprende que también está el ámbar y ahí tú decides si sigues o paras.
A ti. que te ríes de ese poema de Gil de Biedma, que todo te queda lejos, que esa verdad desagradable no asoma. Aprende que la vida va en serio, comprende ahora, no más tarde, que envejecer y morir no sean el argumento de tu obra.
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
Qué gran verdad! Me encanta tus reflexiones! Aquí hemos venido a jugar...qué bonito......un abrazo Ana!
ResponderEliminarAprende que la vida va en serio, comprende ahora, no más tarde, que envejecer y morir no sean el argumento de tu obra.
ResponderEliminarGracias.
Te sonrío con el Alma.
Es la lluvia sobre el mar.
ResponderEliminarEn la abierta ventana,
contemplándola, descansas
la sien en el cristal.
Imagen de unos segundos,
quieto en el contraluz
tu cuerpo distinto, aún
de la noche desnudo.
Y te vuelves hacia mí,
sonriéndome. Yo pienso
en cómo ha pasado el tiempo,
y te recuerdo así.
Muy bueno, directo para quienes
ResponderEliminarse hacen los distraídos. Gracias.
Cuando uno es joven, se cree que la vida le pertenece y tiene de ella por delante la eternidad. La vida hay que vivirla en el instante.
ResponderEliminarGracias y saludos Ana.
Me siento concernido. Acabo de descubrir tu blog. Te seguiré.
ResponderEliminarLindo el escrito y precioso el poema, gracias
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