Desearemos seguir siendo músculos, huesos y piel impregnados de ilusiones, sueños y fe.



Pasan los días, se acerca el próximo año con sigilo, quien sabe si rebosante de destinos inéditos, de amor y de tragedias, de nacimientos y muertes, de historias y leyendas, de inventos y transformaciones,  de pensamientos y sentimientos… Leí (no recuerdo donde) que los sentimientos son esclavos de los pensamientos, y uno es esclavo de los sentimientos.

Si escarbaremos en el pasado o pondremos la mano en la frente a modo de visera para otear el futro, entonces prometemos hacernos un favor, olvidar el pasado, el futuro ya vendrá, toca centrarnos en el momento, vivir la vida.

También prometemos ser felices, obviando que es inevitable que los impulsos naturales choquen con lo que nos exige la sociedad, ese choque nos desequilibra, nos trae una buena dosis de infelicidad.

Y creeremos, una vez más, que si anhelamos cualquier cosa, por nimia o grandilocuente que sea, el universo se alterara, los corpúsculos del destino se reorganizaran para que en nuestro camino se cruce el deseo tan ansiado.

Y que nos pille fuertes porque la vida se puede poner crudamente real en cuestión de minutos, y entonces le ponemos ojitos y le pedimos por favor que nos trate con cariño, y a nuestro ego que no intente llevar siempre el control y nos deje disfrutar de nuestras imperfecciones; y a nuestro corazón que haga un gran espacio para cobijar a nuestra mente, cuando esta se cansa de tanto ruido y tanta lucha con él.

Y el año puede que a pesar de ser igual sea distinto, viajemos más o por fin terminemos de aprender ese idioma que si no es el más comercial, es pura melodía, en mi caso el francés o el italiano, que siempre nos acompañe la salud y el equilibrio valorando un buen golpe de locura a tiempo que lo afiance.

Y para guinda del pastel, con un final feliz  como en los cuentos de hadas, pero ¡ah! No esperéis que venga un príncipe azul a rescataros en los momentos de apuros, porque el rescate solo lo puede hacer uno mismo, sin desdeñar apoyos y ayudas de los santos pacientes que tenemos a nuestro lado.

Tantos deseos, tantas promesas, tantas creencias…nuestro corazón que parece que no puede hospedar tantas tristezas, alegrías, vergüenzas, iras, amor, triunfos y fracasos…pero fijaros, por increíble que parezca siempre tiene espacio para más, más de todo eso, como el bolso de Mary Poppins.

Y cultivemos L’arte d’arrangiarsi (producir algo a partir de la nada) como dicen los italianos, para el que no es necesario ser rico, sino poseer esa hábil cualidad de saber ser feliz.


Mientras tanto, mientras esperamos el nuevo año disfrutemos de las fiestas, yo cada vez tengo menos costumbre de trasnochar, mi cuerpo y mi cabeza se quejan al día siguiente de tanto humo y cerveza, la música me produce un martilleo incesante, pero a pesar de todo me despierto tranquila y en paz, la noche fue divertida, con gente interesante y menos interesante, de bailes y coqueteos… ¿coqueteo? Ya no sé muy bien cómo se hace eso, yo que de joven era la coqueta más valiente, y aunque me dé un poco de reparo y vergüenza decirlo, algo.... desvergonzada.


"Vi, Brahmanes indios que vivían sobre la tierra, y sin embargo, no estaban en ella, que estaban forti­ficados y no tenían fortificaciones, que no poseían nada y a pesar de eso tenían las riquezas de todos los hombres". (Apolonio de Tiana)

Comentarios

  1. Hola Ana, tengo que reconocer que soy una descastada, llevo tiempo sin dejarte comentarios, peccata minuta. He leído tu reflexión, tu diálogo interior y coincidimos bastante, casi en todo. Un guiño para no perder esas ilusiones, por favor, noooo. Lo del humo y el trasnoche es llevadero, hay que reinventarse jeje. Un abrazo grande

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  2. Hola Ana,
    Me ha gustado esa reflexión que parece que toca en estas fechas, me quedo sobre todo con ese arrangiarsi (producir algo a partir de la nada) que desconocía y que me parece fundamental para ser felix, porque al final todo está en una misma.
    Saludos y que sigan los sueños porque sería terrible perder esa capacidad de soñar, imaginar y desear.
    Un saludo

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  3. un dialogo que estoy muy de acuerdo, pero chica aunque en casa no hay que salira la calle. Estar con los seres queridos vivos es suficiente. Un beso
    ¡¡Felices Fiestas!!

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