OTRA HISTORIA DE DOS QUE SE VA
Y cada vez mas tu
y cada vez mas yo
sin rastro de nosotros...
(Joaquin Sabina)
La encontró
en el último banco de la estación, café en mano mirando al sol, se instaló a su
lado y durante unos largos minutos compartieron silencio, disfrutando de lo que
presentía seria su última compañía, su último encuentro.
Al final él,
mirando la pequeña maleta, le dijo:
- poco equipaje ¿no?
- Aprendí
a viajar ligera, y lo bueno de los recuerdos es que no ocupan demasiado espacio
Él la miro y
se perdió en la profundidad de aquellos ojos felinos, ella le cogió de la mano.
- Otra historia de dos que se va.
- ¿Donde irás?
- No quieras saberlo, tengo demasiadas historias que hilvanar, ha llegado la hora de que salga de escena.
- te echare de menos, ¿no pensabas despedirte?
- No me gustan las despedidas. Todo sería más fácil si no tuviera que despedirme nunca.
-
Ella se levantó
lentamente, la vida en esos momentos iba a cámara lenta, se posó delante y tomándole
de la barbilla le rozo apenas los labios, luego tomo la maleta y se alejó, no
quiso mirar atrás, era demasiado doloroso, las lágrimas empezaban asomar y era
consciente de que tan solo un gesto, una mirada de “quédate”, le haría cometer
un gran error.
Hay historias
con tintes épicos, y la nuestra en cierto modo fue una de ellas, con demasiadas
expectativas quizás.
Cuando llegan a ese punto en el que lo único que pasa son
los años en los que no pasa nada, no sería ella la que se quedaría a contemplarlos.
Resiliencia, según la RAE es “la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas”
Algo así
como o te dejas vencer o te sobrepones, opta por lo último; o vas contra
corriente, o te subes a la ola, opta por lo último; o te aferras a lo que ya no
tiene sentido o apuestas por el cambio, opta por apostar.
“No sabes
lo fuerte que eres hasta que ser fuerte es la única opción que te queda” Bob
Marley
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